miércoles, 25 de enero de 2012

Oda al arbol desaparecido.



Oh, ¿Cual es la razón?

No sabíamos que un día no te hallaríamos aquí, mostrando tu oda natural a la Madre Tierra...

Tus frondosas ramas acogían a la magia de quienes se dejaban acoger a su paso por ellas.


Te cercenaron los brazos lentamente; ya no sentirías más el viento deslizando con sus caricias tus hojas.


Tuve esperanza de que no fuera tu fin, que seguirías arraigado a la Madre Tierra y tus brazos se volverían a extender con los mensajes de la naturaleza pero te arrancaron de la vital tierra, poco a poco tu cuerpo fue apilado.


Al menos compartirás tal bello momento de lenta transfusión al infinito en una chimenea.


A pesar de todo, sin que muchos lo sepan, tienes un lugar en la existencia tal vez desconocida por muchos, en un abandonado recuerdo, perdido en la memoria de quién sabe...
al menos en la mía...




Sueña y florece cada ocasión en nuestra magia cuando sea despertada por quienes saben ver la belleza de la vida...
  




                         __________________________________




Esta oda la escribí por que cortaron un árbol enorme de unos 7 u 8 metros de alto, frondoso, de tronco enorme seguramente difícil de abrazar completamente con mis brazos. Situado en una esquina cercana a donde vivo, una mañana al volver de clase lo descubrí medio cortado, mientras las personas que se encargaban de ello lo cercenaban lentamente y yo observaba su labor con tristeza.
Cuantos años habría estado aquél árbol allí. Cuantas cosas habría vivido y cuantas épocas pasado... centenario cuanto menos, terminaron con su vida.



Quizás sus enorme raíces estaban dañando la estructura de la casa cercana... Podrían haberlo trasplantado a cualquier explanada cercana, como por ejemplo, ese bosquecillo medio quemado no muy lejos...


En fin, al menos algunas personas podrán compartir ese sentimiento con esta oda la cual escribí a mano y pegué en un cartel al lado de donde se ubicaba.